Parte I: Reducir la ansiedad...
Y sin quererte bien sigo peligrosamente en tu camino. Viajo
con los pies descalzos y los pezones
enfurecidos disfrutando de los momentos que no debemos pasar juntos. Y sin
quererte bien altero mis horarios a los tuyos, duermo menos pero sueño más. Queriéndote
tanto miento a carcajadas y doy demasiado a menudo besos de judas. Me acostumbro de buena manera a tus olores, a
tus caricias y a tu complicidad. Y sin querer quererte bien he dejado de lado
las mil y una respuestas correctas para llenarme de preguntas... sin sentido. He olvidado disfrazarme de mi misma y ahora soy yo, la otra, la que se deja llevar. Y ahora queriendote mal he decidido quererme más. Y sin quererte bien, ahora mis buenas noches son para ti. Pero es que sólo se despejan mis
mañanas si conmuevo tus sentidos llamando al timbre. Queriéndote tanto y tan mal lo único que
pretendo es no caducar antes de la fecha prevista.
Si ya lo dice Sabina, para decir "con Dios" a los dos nos
sobran los motivos…
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