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Me encojo como si el frío me impidiera mantenerme recta. No puedo decirte los grados que hace...pero quizá menos que aquí. Había menos grados pero mucha locura y satisfacción, y todo ello me hacía ponerme los tacones. No estoy parada, lo sé y puedo llegar a enfermar a muchas personas, pero aquí soy yo la que enfermo. Mi piel se hiela. Mis ojos sufren la humedad y quietos enrojecen. Tengo las manos frías y las uñas negras.  Ando y siento que retrocedo. Todo lo conozco pero aterrizo siempre en el lugar menos apetecible. Será que no se comprar billetes. El pelo me huele a vinagre porque en mi cabeza va trasmitiendo pensamientos que dan mucho asco. mi boca esta seca, mis labios agrietados. dime tú a mí si esto es lo que quieres para mi. dime si Santander me viene bien.