cuando nadie me calza...


Amenaza con destruirlo todo. Ahora a su alrededor no paran de volarle buitres. Supongo que tiene el corazón podrido. Ha dejado de despedirse y ha cerrado la puerta a la soledad. Últimamente no se ha hecho mucho caso. Anda dispersa por la ciudad. Tiene la sensación de ser el ultimo escalon de su propia vida. Una ciudad que no la compone, que no la sonrie. Ambas se alejan tanto que ya ni siquiera se tocan. Pasa las últimas semanas de éstos meses ocupada con miles de cosas, esperando que el tiempo pase más rápido. Se consume. Se pierde por las calles de la ciudad tantas veces pisadas pero tan poco reconocidas. Ha llegado el punto de inflexión. A partir de aqui la espiral girará para su punto de comienzo. 


Ella es cobarde pero al menos tiene buen perder.


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