Algo cambió para siempre...
Deduzco de tus manos que tu única esperanza es
desaparecer por unos instantes, instantes que llegan a ser diarios y monótonos
como la vida misma. Noto por tu sonrisa que quisieras regresar a tu hermosa ciudad
y olvidarte de todo. Imagino por tus ojos que desearías que estas fiestas tan
sociales y felices para la mayoría no estuvieran en el calendario, en el tuyo
propio. Presumo de tus piernas que quieren dar el salto al vacío más grande que
nunca han dado, que necesitan desvanecerse en este cielo que hoy llena la
ciudad que te vio nacer con una triste y copiosa lluvia. Sospecho de tu boca
que desearía meterse en la mía hasta que acabara esta odiosa fecha navideña.
Imagino de tus brazos que desearían socorrerse a sí mismos y regresar al pasado.
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