de-esperanza-está-el-mundo-lleno.
Y después de almorzar me viene todo el
pasado de repente. Como si quisiera tirar por la ventana la desesperación, mis
pies se impulsan hacia la barandilla, intentando tocar los arboles. La
barandilla medio rota sólo deja notar un frío inmenso que recorre todo mi
cuerpo. Barandillas y camillas de quirófano, alteración de los sentidos. Ojalá
pudiera olvidarme de todo lo que me acompañó en la cama que no fueron cuerpos
calientes, que sólo fueron restos de impotencia y "lamentos lamentables." Quisiera poder
abandonar todo esto, como quien se hace una operación y no vuelve a recordar
sus viejos pechos que tanto odiaba. Desesperación…fiel amiga de domingos
indecisos.
Algunos de los grandes también replican
en sus poesías que si la matan, muchas veces es necesario matarla con whisky. Dicen también que volver al pasado es lo más
peligroso que uno decide hacer un domingo, porque los domingos alcanzan tal
terreno en el subconsciente que te entorpecen la semana entera. Bastante
desequilibrio sería en una semana llena de exámenes. ¿Son mis pasados
monstruosos o los domingos con los que me encuentro son una confusión? Pasado
que me tiembla, recuerdos execrables. Pasado, pisado, dicen…
ya ves, todavía me envenena pero ya no
puedo retroceder.
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