Grandes expectativas...
Te detienes en buscar la misma solución que es aceptada por todos. Pierdes el tiempo en memorizar las cosas que son como ramas en un bosque, cosas que van
entorpeciendo tu viaje. Olvidándote, muchas veces, que la sencillez de la
estupidez humana es la que te distingue de todo el mundo.
Los matices que para ti tiene la vida, déjalos únicamente para quien
quiera compartirlos contigo, de momento, ten en cuenta que ya estás cansada de
tantas apuestas. Divagas en las indescriptibles conversaciones, que no atiendes,
porque la majadería de tu mente tiene unos límites poco eficaces.
Y es imprescindible que recuerdes que sólo te has dejado 265 horas en
buscar señales que tus ojos no pueden ver, que has desprendido tus 139
maravillosas sonrisas en bolsillos que tienen agujeros, que decidiste
soñar el sueño que no protagonizabas y
que ahora, en vez de coger rumbo, te deshaces en pedazos por todos los lados,
dejando parte de ti en los lugares que no volverás a pasar, ni siquiera para recogerlo.
Busca y atiende a tu tiempo, pequeña ignorante de grandes expectativas.
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