Esperas
Y tú, me dejas perderme entre los tragos más amargos de
la noche. Y tú, no me impides desahogarme con las piernas más apetitosas. No me
has dicho que trastoque mis horarios a los tuyos. Ni tan siquiera te importa que me aleje, si me quedo entre los brazos de otros o si me llevo caricias ardientes de camareros fogosos.
No te precipitas si consuelo la soledad de los jueves, con alguien que no
dependa de tantos kilómetros. No me suplicas ser el único que mezcle mis días
rutinarios con arrebatos de pasión. Apenas tratas de acumular momentos, sólo esperas
que mañana te dé los buenos días.
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