Hoy hablo en serio Las noticias de Oriente no son como antes Sus ojos verdes y velo sobre el pelo negro, Los labios dulces, el paso rápido, la fe El humo de las cocinas callejeras Los gritos de los que piden ayuda El socorro de dioses aburridos La mano arrugada de quien no puede más Las ruedas de madera están agotadas El fuego de dispersión Crucificar niños por Ramadán Los fieles, devotos e ignorantes peregrinos Que dejan de beber del Jordán El jabón de Alepo El aceite de Jericó Está todo agotado, consumido Mientras, aquellos siguen ciegos Extorsionan niñas, vuelan autobuses Reparten papelitos con sangre Mientras, aquellos siguen vivos Los que creen que son de la tierra Los que dicen que quieren la tierra A esos, enfermos infatigables Les debemos arrancar la razón
Hoy hablo en serio
ResponderEliminarLas noticias de Oriente no son como antes
Sus ojos verdes y velo sobre el pelo negro,
Los labios dulces, el paso rápido, la fe
El humo de las cocinas callejeras
Los gritos de los que piden ayuda
El socorro de dioses aburridos
La mano arrugada de quien no puede más
Las ruedas de madera están agotadas
El fuego de dispersión
Crucificar niños por Ramadán
Los fieles, devotos e ignorantes peregrinos
Que dejan de beber del Jordán
El jabón de Alepo
El aceite de Jericó
Está todo agotado, consumido
Mientras, aquellos siguen ciegos
Extorsionan niñas, vuelan autobuses
Reparten papelitos con sangre
Mientras, aquellos siguen vivos
Los que creen que son de la tierra
Los que dicen que quieren la tierra
A esos, enfermos infatigables
Les debemos arrancar la razón
A. Grigoryan