Fotografiar tu mirada en mi memoria.
Fue en este
bar donde la conocí. Estaba ahí, en esa
esquina girada hacia la ventana, observando el mundo, a la izquierda de esas
baldas blancas que están a punto de romperse por el peso de 'los clásicos'. Yo era la
primera vez que entraba a este café, todo el mundo me había hablado de los
domingos de Jazz y de las noches de teatro de los viernes pero llegué aquí un
martes cualquiera y de casualidad.
Tenía los
ojos negros, de esos que al mirarlos te llevan a las noches estrelladas de las
ciudades ajenas al mundo. Sus pestañas eran tan largas que me imaginaba
trepando por ellas. Manejaba a la perfección el espacio en el que se encontraba
y en ese lugar había algo de inédito y especial, quizá un tipo raro de
celebración. Esa festividad se combinaba de tres modestas cosas; ella tan
pequeña como su aparente miedo a la vida, un café y una sonrisa pícara que me
alejaba de la realidad. Una sonrisa que
bailaba por el bar. Escasamente cruzamos una mirada pero ¡hacía tanto tiempo que
nadie me miraba así!, que he enloquecido buscando por la calle esos ojos. A una
de las vueltas -entre un paso-de-página y un sorbo-que-me-quite-la-sed-
nuestras miradas se clavaron y sus ojo han quedado en el carrete de mi memoria. Su cuerpo
imperfecto se combinaba con todas las paredes vintage y los cuadros de
la exposición en blancoynegro. He de decir que era una exposición bastante
inexpresiva e irreal en comparación con lo que yo tenía entre mi té y la
ventana.
Supuse que
era una habitante conocida en estos lugares ya que al despedirse la camarera
salió de detrás de la barra de madera para darle un abrazo (el cual
compartimos). Incluso a esa mujer rubia y con un mijilla de malafollá le dejó una sonrisa hasta que yo me fui. Tuve la tentación
de preguntarle a la camarera el nombre que se escondía detrás de esos ojos pero pensé que no
me haría falta hacer un intenso interrogatorio a la camarera ya que Granada es mágica y al final terminamos todos cerrando los mismos bares. Y mírame, aquí estoy, he
vuelto al bar con intención de celebrar. Hoy me toca a mí homenajear con un
buen vino que aparezcan personas fugaces en nuestra vida.
"Mais si l'on
a manqué sa vie
On songe
avec un peu d'envie
A tous ces
bonheurs entrevus
Aux baisers
qu'on n'osa pas prendre
Aux cœurs
qui doivent vous attendre
Aux yeux
qu'on n'a jamais revus"
BRASSENS- LES PASSANTES
BRASSENS- LES PASSANTES
Comentarios
Publicar un comentario