los gritos del pasado.

Sin embargo, ella era como un veneno para su espíritu. Su cuerpo joven y firme lo había convertido en un imbécil. Estaba indignado consigo mismo mismo por haber permitido que una mujer se adueñase de su interior de aquel modo. Sabia que era un soñador y que por ello se había abandonado así a Linda, a pesar de que ella era demasiado joven, demasiado segura de si misma y demasiado egoísta. Era consciente de que ella no se quedaría en Fjällbacka y de que no tenían ninguna posibilidad de futuro en común. Pese a todo, el soñador que llevaba dentro le costaba aceptar aquello. Ahora había aprendido.


Camilla Läckberg.
"Los gritos del pasado". 







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