Asuntos delicados

La tentación llega y tiemblo. Los minutos se pasan despacio. Pienso en marcharme lejos, a algún lugar donde no pueda verle, donde no pueda olerle, ni siquiera pueda imaginarle. Es tan difícil dejar este instinto salvaje que llega y me arrebata la razón. Como si él estuviera lleno de magia y efectos especiales, y pudiera manejar mi cabeza al completo. Si, es que sólo somos animales que tienen miedo de no ser capaces de controlar los instintos salvajes.

No podemos frenar este intercambio. Pero al final, siempre acabo hablando de más.  No tiene ningún sentido seguir así. Pero si es que sólo somos animales con miedo a no saber controlar los instintos salvajes.

Busco como loca la manera…



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