You believe in you and I
Desde
aquí puedo escuchar a la gente gritar. Es viernes. Los vasos se llenan como si
en ellos se depositara la felicidad a dos euros. La gente sigue gritando. Y
aquí dentro no se escucha nada más que tu respiración. Es viernes. La gente
busca a otra gente. Se llama a gritos, desespera. Se rellenan vasos. La gente
se mancha. Tu respiración y yo hemos decidido buscar el lugar idóneo para terminar
la semana. Y lo hemos encontrado. Es viernes y los bares acaban de abrir las
puertas del infierno. Aquí terminó la película hace rato y, tú, que eres de los
que esperan hasta encontrar los títulos de la banda sonora, has
decidido, solo por hoy, que le pondrás otro final a la película. Ya no escucho a la gente
gritar. Tu cabeza se ha ido posando entre mis piernas. Y aquí estamos solo tu
respiración y yo. El ruido de la verja del lugar más transitado de Calle Elvira
me dice la hora. Pero es viernes y está siendo un día perfecto. Besos, caricias
y más besos pero apenas puedes abrir los ojos. Tu respiración es cada más
lenta, profunda y larga. En ella se acumulan demasiados recuerdos. Ahora ya solo
somos dos, tu respiración y yo. Desde aquí sigo escuchando a la gente gritar
pero hoy es viernes.
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