Despedirse





Las despedidas son amargas dicen. Algunos sabios van comentando por ahí que las despedidas son más duras de lo que pensamos. Y en mi casa la gente dice que te hacen más daño cuando las esperas. Por eso algunos no creen en ellas. Los ateos de las despedidas, así les llaman por el barrio, se esfuerzan incluso en joder a quienes sí creen y practican este ritual poco afable y tan poco agradecido. 

Las despedidas llegan, tocan y se van. 

Pero no se puede despedir a alguien que no quiere decirte adiós.




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