Terminé entendiéndolo.



Nunca te hice caso.  No podía entender que tú que buscas la dulzura del mundo ibas a "destrozarte" con música sin letra, con gritos, con puto ruido. Cómo tú, que te gusta alejarte del mundo y desaparecer por la montaña te gustaba poner la música lo más alta posible y hacer desaparecer el mundo a 180 km/h. 

Como tú, que lees a Diego Ojeda, a P.Benavente, que ves la poesía del mundo, que se emociona con la música podía querer “estrellarse” con el mundo teniendo eso de banda sonora.
Hasta que nada más subir al coche, entendí que el ruido a veces te saca de la mierda de mundo en la que estás inmerso, te despega sin pensar en las circunstancias, te eleva fuera del puto pensamiento.
A veces solo es necesario que pase el tiempo.  

Hoy demando una noche en La Copera, bueno no exageremos, me conformo con no salir de la Vogue hasta que nos echen.

Y esto es suavecito...Really Love

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