Vengo a mirar el mundo de nuevo...
Así, pues, busco experiencias en las que se prolongue y se
renueve este trabajo de la revuelta que abre la vida psíquica al riesgo de una
infinita re-creación, aunque sea al precio de errores y callejones sin salida.
Porque, no nos hagamos ilusiones, no basta reavivar la permanencia de la
revuelta que la técnica habría bloqueado para alcanzar la felicidad o una
hipotética y serena estabilidad del ser. La revuelta expone al ser hablante a
una insostenible conflictividad de la que nuestro siglo se ha arrogado el
temible privilegio de manifestar el necesario goce y los estancamientos
mórbidos. Aunque de una manera totalmente distinta a como lo hace el nihilista,
fijado en la celebración de su rechazo puro y simple de los “antiguo” o en la
positividad sin retorno de los “nuevo”.
Julia Kristeva
Vengo con mis ideas como escudo, con
el sentir humano a vivir este mundo donde el hombre nuevo busca el contrapunto,
vengo, mano, vengo como tú en busca de la huella de la pieza del árbol y de su
corteza que guarda en su memoria que el canto de victoria, cuando vimos de la
tierra lloramos contra la euforia. Ya vimos así nuestros brazos tan encandilados, si nos acurrucamos al origen
de los tiempos a la fuente el universo, donde yace el sentimiento de vivir este
comienzo.
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