Girar | del latín gȳrāre


De pequeña mi madre me dijo que si yo daba tantas vueltas alrededor de mí misma que notaba los pies por encima del suelo conseguiría en algún momento, en algún lugar, volar. Me señaló, explícitamente, que no podría ni apoyarme, ni sujetarme en nadie, ni en nada. Al comienzo te será difícil, pero serás conocedora de tu propio cuerpo, de tu propio sentir, me dijo cuando me regaló aquellos zapatos marrones. Ese mismo día, también me habló de los mareos, de sentir la cabeza loca. Debes tener muy en cuenta que incluso, cuando lleves unas cuantas vueltas y apenas hayas levantado esos minúsculos pies del suelo, puede llegar alguien que quiera pararte y te pare. Te lance fuera, lejos de todo lo que habías conseguido. Y te llegues a preguntar por qué intentarlo de nuevo. Habrá momentos en los que ni se te pase por la cabeza dar vueltas sobre ti misma, bailar o volar. O incluso habrá días en los que mires a los demás intentando descifrar esa locura de volar, pero piensa, todos lo intentamos, hija.

Mi madre solía decir que usar los mismos zapatos siempre hacen el camino más fácil. Siempre y cuando esos zapatos sean tus preferidos, los más bonitos, los más adecuados y sin duda los más cómodos. Y yo, apenas, me cambio de zapatos.

La mañana del 13 de octubre comenzó el otoño. Quizá un poco tarde y de repente porque hasta ese día se había quedado el sur entre nosotros. Algunos no queríamos que se marchara porque no es tan accesible como se piensa. Esa mañana me vino a la cabeza aquellos consejos de mi madre. Recuerda que cuando haya gente bailando, por mucho que te parezca monótono, bruto o torpe el baile, es el suyo, deja que lo intenten. O mejor aún, coge ideas, me decía mientras me terminaba de peinar delante del espejo. Por aquella época aún dejaba que ella me cuidara, me arropara y me susurrara que me quería todas las noches. Con la llegada del otoño a la mayor parte de las personas se les cae el pelo, se llenan de mocos y resfriados y se meten en casa a ver series o leer libros. Y yo, entre todas esas cosas que hace la gente normal, he sacado tiempo para coger un poco de impulso y empezar a girar sobre mí misma, a ver si este año consigo ya alzar el vuelo.

Inge Morath - Sevilla 1987 


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