No llegué pero tú tampoco
Y tú me viste llegar, mendiga hedionda enamorada de su sombrerero con flores y plumas. Había un color lila que humeaba y yo estaba de verdad dentro de mis harapos. Dancé para que te rieras. Me pinté las uñas de azul. Toqué la guitarra y canté canciones que hablan de pequeños instantes en los que el dolor se aduerme y hay deseos sólo deseos de amar.
(Alejandra Pizarnik, Diarios, 1962)
Comentarios
Publicar un comentario